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La influencia del pintor en el acabado final del color.

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¿Cuál crees que es el color original?

Cuando se utiliza el mismo color y la misma pistola de pintura en un proceso de pintado, los resultados pueden variar significativamente dependiendo de la persona que realice la aplicación. Aunque el material sea idéntico, cada pintor tiende a ajustar y aplicar el color de maneras diferentes, lo que puede producir distintos acabados. Cada profesional tiene su propio método de trabajo, empleando presiones, distancias y ángulos que, aunque sean sutiles, generan variaciones visibles en el resultado final. Esta diversidad de enfoques se traduce en ligeras diferencias en la textura, el brillo y la tonalidad del color, que pueden ser detectadas incluso a simple vista.

Un aspecto fundamental que suele pasarse por alto es que, aunque el color se haya preparado al 100% de precisión en su mezcla, es prácticamente imposible replicar exactamente el mismo resultado en cada aplicación si no se cuidan ciertos detalles. Esto se debe a que factores como la presión del aire con la que se pulveriza la pintura, la forma en que se ajusta la pistola o incluso el ambiente en el que se trabaja, influyen directamente en el comportamiento de la pintura al momento de ser aplicada sobre la superficie del vehículo. Por ejemplo, una leve variación en la presión de salida de la pistola puede afectar la distribución del material sobre la carrocería, alterando sutilmente el tono final del color.

Otro factor determinante en la aplicación de la pintura es el clima. Las condiciones meteorológicas juegan un papel importante, especialmente la humedad y la temperatura. Si la temperatura es alta, la pintura puede secarse más rápido de lo esperado, lo que influye en su asentamiento y en cómo refleja la luz, generando una apariencia diferente a la planeada. De igual manera, la humedad puede afectar la evaporación de los disolventes de la pintura, lo que también repercute en la tonalidad y en el acabado general. Por lo tanto, es esencial ajustar las técnicas de aplicación según las condiciones climáticas para obtener un resultado lo más uniforme posible.

Cuando se trabaja con sistemas tintométricos, es vital seguir las presiones y las regulaciones específicas recomendadas para cada tipo de pintura. Estos sistemas están diseñados para asegurar que la mezcla de colores sea lo más precisa posible. Sin embargo, la mezcla no es el único factor que determina el resultado final, sino también cómo se aplica esa pintura. A menudo, los errores surgen porque los pintores no ajustan correctamente las herramientas, confiando más en su intuición o experiencia previa que en las recomendaciones técnicas del fabricante.

A pesar de los avances tecnológicos en la pintura automotriz, es sorprendente que aún hoy en día, en muchos talleres se siga utilizando el oído como guía principal para regular las presiones de la pistola. Esto implica que muchos profesionales ajustan la presión del aire simplemente escuchando el sonido que produce la pistola al pulverizar la pintura. Aunque esta práctica pueda ser válida en algunas ocasiones, no garantiza la precisión necesaria para obtener un acabado perfecto y uniforme. Las pequeñas variaciones en la presión, aunque imperceptibles al oído, pueden marcar una diferencia significativa en el acabado final.

Es fundamental que los talleres automotrices se modernicen y adopten métodos más rigurosos y estandarizados para asegurar la calidad en los trabajos de pintura. Utilizar las presiones, regulaciones y técnicas adecuadas no solo garantiza un acabado más profesional y uniforme, sino que también evita problemas como la desalineación de colores, la falta de brillo o la aparición de defectos en la superficie.